Manuel Liñan - Tauro

Tauro Minus

Si el pasado 28 de febrero el bailaor gaditano Marco Flores tuvo la oportunidad de presentar su primer montaje en solitario, el miércoles 7 de marzo hizo lo propio su compañero de viaje Manuel Liñán. El bailaor granadino estrenó ‘Tauro’, un montaje de planteamientos escénicos parecidos al de su antecesor. Partiendo de un espacio diáfano. Pero con un mayor desarrollo fruto de un impoluto diseño de luces, así como otros elementos como las seis inmensas cuerdas situadas a la izquierda en el fondo del proscenio que simulaban las cuerdas de la guitarra y que edulcoraron una granaína coreografíada por el joven bailaor para su cuerpo de baile, integrado por Cristian Martin, Guadalupe Torres y Vanesa Coloma.

Principió por trilla, cantes de labor y temporeras. Con el cante de Matías López ‘El Mati’, que compartía cartel con Inma Rivero y Mercedes Cortés. El timbre de ambas cantaoras no aparecería hasta bien pasada la media hora de espectáculo. Demasiado protagonismo para el cante masculino, teniendo a estas dos grandes damas.

‘Entre las cuerdas’. Por granaína. Torres – Coloma – Martín. Heterogéneas líneas. Trenzados. Jugando con las seis cuerdas. Acariciándolas. Tocándolas. Pulsándolas. Bailándole al exorbitante cordaje.

‘Paseo de los trites’. Taranto. Momento álgido de la noche. Manuel Liñán en solitario. Frente a su ‘Tauro’. Control. Técnica. Gozo y deleite. Entre una paridad de giros y tombés. Disfrutándolo a cada segundo. Y haciendo disfrutar a un Villamarta in crescendo. Que esperaba ansioso la danza de este joven artista. Que no defraudó en este coreografía. Ni en la siguiente, donde por cabales y abandolaos ofertó un paso a dos masculino plagado de sensibilidad junto a Cristian Martín. Clásico y flamenco. Liñán permanece en escena. Soleá por bulerías y romance. Con bastón. Con seguridad y técnica depurada en la ejecución de cada uno de sus movimientos. Pero al taranto le había cortado las dos orejas. Y a este toro no le sacó los muletazos del primero.

El tiempo se evapora. Al igual que la emoción del triunfo. Con ‘Elegí a Granada’, el torero cede demasiado protagonismo a los subalternos. Zambra de Rivero. Baile coral por fandango. Alboreá de Torres. La cachucha a dos. Tanguillos con bata de cola. La mosca por todos los bailaores. Para terminar con ‘Soleares de Arca’ con castañuelas, interpretada por el propio Liñán. Fin de la faena. Su ‘Tauro’ se quedó en el primero de la tarde.


Carlos Sánchez, le 07/03/2012

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